Primero partamos por la pregunta: ¿Qué es la cultura? Considero que la cultura es el comportamiento y hábitos en común de un grupo de personas, estos comparten conocimientos, creencias, costumbres, formas de hacer las cosas, las cuales se transmiten a través del aprendizaje social. Por lo tanto, la cultura es una construcción social.
Como seres sociales, nos juntamos con quienes se parecen a nosotros, quienes nos entienden, tienen nuestros mismos gustos, fuertes asociaciones que refuerzan nuestro sentido de pertenencia. Todo este conjunto de asociaciones forma a la sociedad y la sociedad está formada por familias. De tal modo que los valores sociales que poseemos parten de la construcción familiar, porque es donde nos enseñan lo fundamental, lo que nos servirá como base de principios para relacionarnos con los demás. Cabe resaltar que tanto en la familia como en la sociedad hay acuerdos, reglas no escritas, de esta forma, lo que yo veo y hago, lo acepto, y lo que acepto se convierte en mi norma y esa norma en mi cultura. En el contexto empresarial se aplica la misma construcción con la que se define la cultura organizacional. La cultura estaría formada por todos los que integran una organización, estos quienes definen el carácter de la empresa. Por lo tanto, si la cultura es el conjunto de comportamientos de los miembros que integran a una empresa, estos son los que definen los resultados de sus estrategias. “La cultura se come como desayuno a la estrategia” Peter Drucker Esta frase nos recuerda que la cultura es la que convierte las estrategias en acciones, uno puede tener una excelente estrategia, pero si los colaboradores no accionan como se espera, es probable que no se logren los resultados proyectados. Por lo tanto, debo hacer que la cultura organizacional se ajuste con las estrategias de la empresa. Si la empresa quiere adaptar una innovación como estrategia, debe fomentar una cultura de innovación, esta debe formar parte de la cultura corporativa, solo así la innovación puede ser promovida de forma consistente en toda la organización. Si yo quiero promover una cultura de innovación en mi empresa, ¿qué debo de hacer?
Pero, ¿es esto suficiente? Probablemente es un buen punto de partida, pero, para que la innovación sea efectiva, debe evidenciarse consistencia y coherencia en el comportamiento de los líderes. Muchas veces la cultura de la empresa es una tarea asignada al área de recursos humanos, pero son los líderes quienes se convierten en un modelo a seguir en la organización, por lo que deben predicar con el ejemplo. Para ello, deben mostrarse cercanos, interactuar con los miembros de la empresa y mostrar la manera en cómo se espera que participen de la innovación. Por lo tanto, una cultura sólida se construye si los líderes proyectan su comportamiento de forma cercana, de esta forma se logrará el cambio con unos pocos, quienes también darán el ejemplo de este comportamiento, el cual terminará integrándose como parte de la cultura de la empresa.
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La prosperidad va más allá de la riqueza de una nación, esta no depende de recursos, sino de la “libertad”, ya sea social, política o económica, pero ¿cómo alcanzarla? De esto nos habla The Prosperity Paradox, un libro que aborda la prosperidad y la pobreza desde una nueva perspectiva, enfocándose en que la innovación juega un rol importante en la construcción de la prosperidad. Los autores Christensen, Ojomo y Dillon reformulan la pobreza a través del poder generativo de la innovación y la acción empresarial para crear nuevos mercados, con lo que se logra una prosperidad a largo plazo.
Estos nuevos mercados se crean cuando se genera innovaciones enfocadas en los “no consumidores”, los cuales tienen necesidades por satisfacer que no han sido percibidas. Estos presentan como barreras, para efectuar el consumo, la falta de riqueza, falta de habilidades que requieren para hacer uso de las soluciones actuales, el acceso limitado y la falta de tiempo para adquirir estas soluciones. Todo esto, si bien se puede percibir como limitaciones, son oportunidades para crear nuevos mercados, por lo tanto, las innovaciones creadoras de mercados podrían ser soluciones adaptables a usuarios con diferentes niveles de ingresos. Los autores mencionan tres tipos de innovaciones:
Por lo tanto, una innovación creadora de mercado impacta de forma significativa en el desarrollo de un país, un claro ejemplo de ellos la llegada del teléfono móvil en África gracias a Mo Ibrahim, quien logró la construcción de torres de telefonía, la creación de tarjetas prepago, nuevos reglamentos, nuevas infraestructuras, un nuevo ecosistema en el mercado, por lo que se genera nuevos puestos de empleo. Los autores detallan que los gobiernos vienen aplicando la estrategia de “empuje”, enfocándose en la promoción de recursos, generando un crecimiento en los puestos de trabajo ya existentes; pero si no hay mercados que absorban estos recursos, esta estrategia solo tendrá efectos positivos a corto plazo. Un ejemplo de ello es Ojomo, quien, por medio de una ONGE, construyó pozos en zonas rurales de Nigeria, la idea tiene un buen fin, reducir la escasez de agua, pero estos se dejaron de utilizar porque no había empresas del mercado que tuvieran la infraestructura para apoyar esta iniciativa. En contraste a ello, los fideos instantáneos “Indomie” son un claro ejemplo de aplicar la estrategia de “atracción”. Esta empresa genera beneficios en la economía nigeriana debido a que tuvo la necesidad de crear una instalación de energía eléctrica, alcantarillado, un puerto marítimo y programas de educación. Estas construcciones formaron las bases de gran parte de las infraestructuras de Nigeria. La estrategia de atracción forma parte de las innovaciones creadoras de mercado, ya que, al atraer a las instituciones, puede cambiar y mejorar las culturas políticas, económicas y sociales de todo un país, hasta incluso disminuir la corrupción. Los autores detallan que muchos gobiernos destinan fondos para medidas anticorrupción, pero ¿esta es la manera correcta de atacar el problema? Se considera que la corrupción disminuye si las personas perciben estabilidad económica y social de las mayorías, por lo que los fondos deberían estar destinados a la creación de nuevos mercados en lugar de medidas anticorrupción. Por lo tanto, para reducir la pobreza, un país debe invertir en innovaciones creadoras de mercados, las cuales conducen al desarrollo y prosperidad de un país, creando puestos de trabajo, infraestructuras y una cultura de innovación y anticorrupción. ¿Por qué un consumidor elige un producto? Para reconocer una nueva oportunidad de innovación, no basta con conocer el comportamiento de compra del consumidor. Uno debe entender al usuario para identificar qué es aquello que están buscando resolver. Esto es posible a través de “Jobs to be done” (JTBD), es una metodología desarrollada por el profesor de Harvard Business School Clayton Christensen. Él cuestiona los fracasos de lanzamientos de nuevos productos en el mercado, los cuales no logran cumplir con las expectativas de los consumidores.
Del 100% de nuevos productos lanzados, generalmente el 90% fracasan en el mercado. Frente a esto, Christensen propone un nuevo modelo, que consiste en mirar desde los ojos del usuario y entender qué es lo que busca resolver en su vida. Una vez que una persona identifica que “un trabajo debe ser hecho”, buscan productos o servicios para que el trabajo sea hecho. Por lo tanto, cuando una empresa logra entender qué “trabajos deben ser hechos” en a vida del consumidor, tienen mayor claridad de los productos que deben crear para resolver estos trabajos cotidianos. Todos estos trabajos que el usuario necesita resolver tienen tres dimensiones: funcional, social y emocional. Es decir, el usuario puede estar buscando comodidad, estatus o autoestima en un producto o servicio. Un claro ejemplo de JTBD de la aplicación de esta metodología es el caso de McDonald’s, quien buscaba incrementar las ventas de sus milkshakes. Lo que usualmente uno haría es preguntarle al cliente a través de una encuesta qué es lo que mejoraría del producto, pero eso los llevaría muy lejos de la solución. Así que convocaron a Christensen, quien puso en marcha al método JTBD. Este se basó en la observación a los clientes, con eso se identificó las horas de mayor tráfico, cómo compraban el producto, si estaban solas o no, si consumían el producto en la tienda o lo pedían para llevar. Es así como identificaron que los milkshakes se vendían con mayor frecuencia en las mañanas y no se consumían en la tienda, sino que eran llevadas a los autos. Luego, se consultó a los consumidores del por qué se ejecutaban estas acciones, ellos respondieron que buscaban un producto que puedan consumir camino al trabajo y que sacie el apetito hasta la media mañana. Es así como se llegó a la conclusión de que los consumidores no compraban necesariamente un milkshake, sino que querían resolver una situación por medio del consumo de un mikshake. De esta forma, la empresa comenzó a ofrecer milkshakes más nutritivos y contundentes, que puedan ser un buen reemplazo del desayuno. Esto logró que la empresa ofrezca una mejor versión del producto y que, como consecuencia, las ventas se incrementen. Por lo tanto, esta metodología es útil para conocer mejor a los clientes. Actualmente, las empresas poseen miles de datos de sus consumidores, pero esos datos no son suficientes para reconocer lo que realmente los clientes necesitan resolver en su día a día. Se debe conocer la motivación real del consumidor, observándolo, poniéndonos en sus zapatos y haciendo las preguntas correctas. Si buscas tener una buena relación con tu cliente, es importante crear productos que den valor y generen un impacto positivo en la sociedad. Una manera de lograrlo es a través de la innovación frugal, que cada vez está tomando relevancia en proyectos de emprendimiento. Pero ¿Qué es la innovación frugal? Este tipo de innovación consiste en desarrollar una estrategia de diseño de producto o servicio enfocado en nuevos mercados, donde se busca eliminar características no relevantes para disminuir sus costos, facilitando su accesibilidad sin perjudicar su calidad. Es decir, esta innovación busca ofrecer un buen producto a bajo costo.
Esto solo puede ser resultado de conocer y entender la verdadera necesidad de los consumidores. Solo así se reduce la complejidad para dar lugar a optimización de la función primordial del producto. Un claro ejemplo es MittiCool, una empresa de la India que ofrece soluciones amigables con el medio ambiente. Creó un refrigerador de arcilla que reduce los costos en casi 60% en comparación a un refrigerador tradicional. No necesita electricidad, solo se concentra en las funciones claves de la región. Se excluyó el congelador y la luz, logrando el enfriamiento en base a la evaporación de agua. La empresa logró optimizar el nivel de desempeño, haciendo que las temperaturas se mantengan en 8 grados, suficiente para extender el tiempo de vida de la leche, frutas y verduras. Otro ejemplo es un anuncio que filtra agua de la humedad ambiental. Una agencia publicitaria peruana en colaboración con la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), crearon vallas publicitarias en las zonas más húmedas de Lima, las cuales purificaban el ambiente y absorbían la humedad atmosférica, recolectando hasta 90 litros de agua al día, logrando mejorar la calidad de vida de las familias de bajos recursos que viven por esas zonas y carecen de acceso a agua potable. También podemos hablar de innovación frugal cuando se busca herramientas para desarrollar productos de baja tecnología o desempeño mínimo requerido. Si bien el producto puede ser de baja tectología, pero las herramientas para crearlo necesitaron de tecnología o de un cambio radical de la tecnología actual. Asimismo, un producto puede verse sencillo, pero el lograr integrarlo al mercado y que pueda proveer una nueva solución, probablemente requirió un proceso de desarrollo muy complejo para que esto existiera. En pocas palabras una innovación frugal debe incluir tres criterios:
La innovación frugal suele confundirse con el emprendimiento social, pero no son lo mismo. Por su parte, un emprendimiento social desarrolla innovaciones enfocadas en un grupo particular de consumidores, buscando el crecimiento de la comunidad y de la empresa. Mientras que una innovación frugal se produce al identificar aspectos que las empresas han pasado por alto en los mercados emergentes. Probablemente alguna vez te hayas preguntado: ¿Qué impacto ambiental tiene en el mundo el producto que acabo de comprar? Pues, las compañías que buscan un desarrollo sostenible vienen estudiando el ciclo de vida de sus productos para medir su impacto en el mundo. Estas empresas se enfocan en hacer un uso responsable de los recursos actuales sin comprometer los recursos de las generaciones futuras.
“El desarrollo sostenible es un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.” Brundtland (1987) El primer estudio del producto lo hizo Coca-Cola para saber el impacto de producir una botella de plástico y una de vidrio, para identificar cuál de ellas produce menos gastos. Ellos innovaron en su análisis, porque incluyeron la energía como recurso natural, vieron qué tanta energía empleaba el proceso de cada tipo de botella, con ello vieron cuál era la solución con el menor impacto y que genere beneficios económicos. A este proceso se le conoce como evaluación del ciclo de vida (LCA), el cual permite analizar el impacto que tiene un objeto en el mundo, para facilitar la toma de decisiones empresariales, sobre todo a la hora de definir estrategias de sustentabilidad. El ciclo de vida de un producto debe incluir desde la obtención de la materia prima hasta dónde llega a parar el desperdicio del producto. No hay una forma exacta de realizar este análisis, pero hay aproximaciones y estándares, o prácticas, que nos ayudan a tener un resultado más adecuado. Existen dos razones importantes por las que se debe considerar la LCA:
Un estudio del ciclo de vida del producto analiza la extracción de la materia prima, la fabricación, el procesamiento, la transportación, el uso y venta al por mayor y menor hasta que el producto es depositado en la basura. Todo ello nos da un impacto medido en unidades (endpoints), es decir, nos indica si un producto produce o reduce la “emisión de carbono”. Por ejemplo, ¿cuál será el método de menor impacto para preparar una taza de café, el café de cápsula, el café a granel o el café soluble? Para ello, es importante considerar el consumo energético para producir cada uno de los tipos de café o cuál es el impacto del desecho que generan. Uno creería que las cápsulas de café son las que podrían causar un mayor impacto ambiental, porque deben usarse con una pequeña máquina que consume energía y aparentemente genera más residuos. Pero, resulta que esta es la segunda mejor alternativa par producir una taza de expreso. Esta pequeña máquina de expreso utiliza energía solo para una pequeña cápsula de café que alcanza para una sola taza. Las otras máquinas utilizan más energía en el proceso, aunque no sea inmediatamente visible. Por otro lado, las empresas de cápsulas de café expreso han desarrollado sistemas para reciclar estas cápsulas, por lo que estos desperdicios no llegan a los basureros, porque siguen un proceso de reciclado. Por lo tanto, hay productos que aparentan no generar impacto ambiental, como es el caso de los productos orgánicos. pero con el análisis del ciclo de vida del producto podemos identificar que tienen un mayor impacto que otras alternativas. En una cultura organizacional tradicional, todos los miembros de la empresa comparten valores y normas específicas; estas se enfocan en el tipo de metas que debe cumplir la compañía y son determinadas por medio de un liderazgo estratégico. Las creencias, valores y virtudes del líder de una empresa son las que determinan la base de la cultura organizacional de la organización. Se espera que todos los miembros de la empresa cumplan estos lineamientos para lograr el éxito de las metas que se esperan alcanzar. Estos lineamientos también se aplican para el reclutamiento de nuevo personal. Una empresa con una cultura organizacional sólida tiene mayor éxito en el cumplimiento de objetivos, ya que todos trabajan al unísono, dentro de un mismo sentido y propósito.
Por otro lado, el capitalismo consciente aborda una cultura organizacional trascendente, es decir, la búsqueda del bien común juega un rol muy importante dentro de los lineamientos de una empresa consciente. Por lo tanto, este tipo de empresa se enfoca en lo interno, buscando el bienestar de su equipo, empoderando a todas sus partes y buscando su crecimiento personal. Hay un cuidado transparente por todos los miembros de la empresa. Por lo tanto, el desarrollo de una cultura organizacional consciente deja de tener como foco el cumplimiento de metas. Se tiene como enfoque el velar por normas y valores que busquen el bienestar común de cada miembro de la empresa, de esta forma, hay un sentido de pertenencia, por lo que el bienestar de la empresa será una consecuencia favorable de esta práctica. Para una cultura organizacional consciente, es importante que el liderazgo de la empresa tenga un propósito superior. Este propósito superior es el eje de las decisiones de un líder consciente; bajo la ética y entendimiento de su entorno, el líder consciente desarrolla una cultura organizacional sostenible, con la que todos los miembros de la empresa encuentren valor y autorrealización. Cabe resaltar que existe una gran diferencia entre un liderazgo común (estratégico) y un liderazgo consciente:
De modo que, una dirección estratégica enfocada en una cultura organizacional consciente cuenta con menor rotación de personal, mayor compromiso interno y mejores resultados en el cumplimiento de objetivos, ya que hay un propósito en común, el cual es la búsqueda del bienestar de todas las partes internas de la organización. Los conflictos suelen ocurrir a diario y pueden darse entre personas, organizaciones y naciones; por esa razón, la manera en cómo gestionamos estos conflictos determina nuestras futuras relaciones con los demás; por ello, es importante la aplicación de un método cooperativo y versátil que nos permita negociar de forma eficiente; esto se ha podido lograr gracias al Método Harvard, el cual ha tenido éxito en la resolución de conflictos debido a sus principios y facilidad de aplicación, resolviendo conflictos de todo tipo, desde cotidianos hasta políticos.
Para realizar un emprendimiento, se necesita desarrollar diferentes habilidades, así como estar capacitados para resolver situaciones y problemas que se presenten en el camino. Asimismo, en todo negocio se requiere realizar transacciones de manera adecuada, puesto que su éxito dependerá de la eficacia de estas. En estas transacciones, se negocian diversos términos y condiciones donde los involucrados exponen sus intereses. Cabe resaltar que las negociaciones pueden darse de manera interna y externa en las organizaciones; cuando suceden de manera interna, se involucra a miembros de la empresa e inversionistas; cuando es externa, la negociación se realiza con los stakeholders. En una negociación es importante aplicar una estrategia de negociación integrativa, dado que ambas partes desean ganar y obtener mayores beneficios. Esto puede lograrse a través del Método Harvard, el cual se enfoca en un esquema donde las partes buscan el ganar-ganar. Para obtener resultados óptimos usando esta estrategia, todas las partes deben establecer intereses comunes, participación proactiva y centrarse en los objetivos mutuos. Los emprendedores cuentan con objetivos establecidos y, para lograrlos, se enfrentarán a distintas situaciones en donde se requiera emplear estrategias de negociación. La aplicación de la metodología Harvard les permitirá ganar a ambas partes y, a su vez, generar buenas relaciones para próximas negociaciones. Por otro lado, cuando una empresa se encuentra en operación, las estrategias gerenciales deben estar enfocadas en maximizar el potencial de la compañía, para lograr soluciones constructivas, equitativas y satisfactorias en ambas partes. Para lograr una negociación efectiva, ambas partes deben procurar que la conciliación sea cooperativa y regirse bajo estos 4 fundamentos:
Para que este método se pueda vincular a las estrategias gerenciales, se debe aplicar una perspectiva transversal; es decir, establecer un eje mediante el cual todos los procesos deben regirse. Cabe resaltar que, al momento de aplicar esta estrategia, se mejora la interacción de las personas; esto es debido a que se evalúan los intereses y propósitos. Por lo tanto, es necesario conocer y dominar métodos de negociación al momento de dirigir o emprender una empresa. Se debe tener presente que todas las partes involucradas en la negociación buscan ganar y formar buenas relaciones. Se ha demostrado que el Método Harvard aplicado desde una perspectiva transversal, permitirá que todas las partes logren soluciones equitativas y satisfactorias. Hoy en día, las empresas buscan ser cada vez más eficaces. Para lograrlo, deben alinear sus objetivos, metas y tácticas a su visión y misión, de tal manera que les permita definir una ruta por la cual deban encaminarse. Este proceso es definido como planificación estratégica; en ella se plasma la razón de ser de la empresa, cómo se proyecta a futuro, el análisis de su entorno competitivo y operativo, el planteamiento de sus estrategias y la implementación de ellas. Pero, esto no es suficiente para lograr mayor eficacia en el desempeño de la organización, por lo que una nueva perspectiva está resonando, un movimiento humanista, que busca el bien común, llamado “capitalismo consciente”.
El capitalismo consciente es una nueva vertiente que radica en que el ser humano puede encontrar realización en la búsqueda del bien comunitario, este sólo podría promoverse si hay un enfoque en la búsqueda del bien personal. Es así como las empresas, que operan bajo un capitalismo consciente, consideran a sus clientes internos como personas que buscan sentido y virtud en sus vidas, por lo que las empresas parten en velar por el bien en cada individuo para que se proyecte el bienestar en la comunidad. Este movimiento posee como pilar principal al “Propósito superior”. Este pilar precisa que los negocios vayan más allá de los objetivos financieros, por lo que es necesario que este nuevo planteamiento se vea reflejado en la misión de la empresa, por lo que es necesario preguntarte: ¿por qué la empresa existe?, ¿qué es lo que quiere lograr?, ¿qué valores inspirarán a sus stakeholders? Con ello, la misión de una empresa puede transformarse en un propósito que va más allá de lucrar, busca realmente el beneficio de la humanidad. Las empresas que logran encontrar el propósito superior, y lo aplican desde la planificación estratégica, generan mayor eficiencia en sus actividades. Esto se debe a que están basadas en cimientos sólidos, para desarrollar estrategias adecuadas que unifican e impulsan a la organización en un compromiso ético, que trasciende de objetivos económicos a un fin benéfico para la empresa y la sociedad. Es necesario comprender que existe una estrecha relación entre propósito y el crecimiento de la conciencia de una sociedad. Esta relación es un proceso continuo y, por lo tanto, es importante establecer principios basados en capitalismo consciente como fundamentos en una organización. Para que el propósito sea mayor, la empresa deberá ser aún más consciente. La creación de lealtad y rentabilidad para cualquier empresa debe basarse en el encuentro con un propósito superior que dirija la organización hacia un futuro empresarial sostenible. Como primer propósito tenemos “El Bien”, entendiéndose como la acción de servir para generar beneficios a todos; por ejemplo, mejorar la salud, educación y la calidad de vida de una comunidad. El segundo propósito es “La Verdad”, que implica impulsar el conocimiento del ser humano. El tercer ideal es “La Belleza”, donde se fomente la excelencia y la perfección constante. Finalmente, “El Coraje” para tomar decisiones que ayuden a realizar cambios en pro de la mejora del mundo. El Liderazgo Consciente es esencial para crear negocios conscientes. Los líderes conscientes son impulsados principalmente por el deseo de servir a los propósitos de la organización y, a su vez, entregar valor a todas las partes interesadas. Sin embargo, para que los líderes transformen la sociedad y las culturas organizacionales, primero deben desarrollar sus propias capacidades. Por lo que, ejercer un liderazgo consciente se ha vuelto indispensable para el éxito sostenible de las empresas. Por lo tanto, el hacer uso de los pilares el capitalismo consciente en la Dirección y Planificación Estratégica generará solidez en una compañía, lo que le permitirá ser más rentable, tener ventaja competitiva y lograr un propósito mayor. Esto se verá reflejado en la cultura organizacional de la empresa y en la importancia hacia sus interesados. La incorporación de la filosofía del capitalismo consciente permitirá un enfoque humano, ya que se dirigirá a los clientes internos, buscando el bienestar de ellos y, sobre todo, su crecimiento personal, así como el crecimiento de todo el entorno donde la organización se desarrolla. |